María Parado de Bellido ocupa un lugar central en el panteón de los mártires peruanos de la independencia, pues esta mujer ayacuchana colaboró con las fuerzas guerrilleras que pelearon contra los españoles. No obstante, su ascensión simbólica al panteón de los héroes de la nación demoró bastante tiempo: ocurrió en el siglo XX, a través de la pluma de Germán Leguía y Martínez, un político, historiador y primo del presidente Augusto B. Leguía, quien en 1929 escribió una biografía de la heroína ayacuchana, con los tópicos de su vida y ejecución que hoy son comunes para todos los peruanos.

María Parado de Bellido fue ejecutada por los españoles en 1822 porque mantenía correspondencia con las guerrillas que operaban entre la región de Huamanga y la costa central, desde la llegada de las tropas de San Martín en 1820 y la expedición de Álvarez de Arenales en Nazca-Huamanga-Jauja. La población campesina de Huamanga y Cangallo respaldaron la expedición de Arenales hasta proclamar la independencia en la ciudad de Huamanga el 1 de noviembre de 1820 pese a la cruel represión a los campesinos y la quema del pueblo de Cangallo.

Tras enfrentamiento en Secchapampa (Cangallo), los españoles ocuparon y encendieron el pueblo de Cangallo, pero el 18 de enero de 1822, los campesinos lograron sorprender a los españoles en Chuschi. La zona de Cangallo, San Juan de Lucanas y Cora Cora estaba controlado por Los Morochucos que combinaban la guerrilla con el abigeato y pretendían contactarse con los jefes guerrilleros Marcelino Carreño y José Manuel Mesa que estaban en Nazca. Luego, el realista español Carratalá dirigió sus armas contra las fuerzas de Cayetano Quirós, que desde la costa central operaban en Cangallo respaldando a los morochucos, derrotándolas en Paras el 27 de abril de 1822. Lograda la victoria, el jefe realista realizó importantes capturas en la zona: la de guerrilleros como los Auquis, Pedro Guaitalla, Pedro Yauta, Félix Mendoza, Manuel Corpus y Andrés Bautista; la del alcalde de Pomabamba Juan Portillo y la del de Chuschi Norverto Conde, todos acusados de traición, seducción espionaje y de atentar contra los bienes de españoles y mestizos. Y al mes siguiente, tras ingresar a la ciudad de Huamanga, mandó detener a María Parado de Bellido, quien tenía contacto con estos guerrilleros de Paras, Totos y de los pueblos vecinos.

María Parado de Bellido fue delatada por la correspondencia confiscada al alcalde Conde y a Félix Mendoza, quien hacía de “conductor de pliegos”. Tras ser detenida en su domicilio, fue internada en una casa emplazada en la Plaza Mayor de la ciudad e interrogada por los nombres de aquellos que le proporcionaban información sobre el movimiento de las tropas realistas. Luego, fue fusilada en los extramuros de la ciudad. 

Un documento descubierto por Aurelio Miro Quesada en la Biblioteca Nacional refiere que fue ejecutada el 1 de mayo de 1822 e inhumada en la Iglesia de La Merced.

Según los documentos investigados por los sacerdotes Cárdenas y Medina, María Parado de Bellido era natural del pueblo de Paras [nacido el 5 de julio de 1761 o 1777]. Junto con su esposo Mariano Bellido, lideraba una red parental que poseía varías chacras, estancias de ganado vacuno en todo el valle donde nace el río Pampas (Actuales distritos de Paras, Totos, María Parado de Bellido, Cangallo y Pampa Cangallo) y se dedicaba al comercio de bienes y acémilas y al arrieraje. Además, adquirieron una casa en la ciudad de Huamanga en 1809 de los herederos de Pascual Flores y Josefa Mejía, para el expendio de carne, negocio en el que también estaban involucrados los esposos Bellido-Parado.

(Resumen de: "Paría Parado de Bellido: heroína ayacuchana". Nelson E. Pereyra Chávez. Publicado en "Peruanicemos el Perú",  N° 7, 2017, Ayacucho, Perú, Pág. 21 a 22.)