Por Nilo Meza Monge (Excordinador de Desarrollo Fronterizo del Ministerio de Relaciones Exteriores).

¿Alguien puede dudar de que Venezuela está en crisis? No. Lo que estaba en duda era la velocidad con que se producía la desestabilización del régimen de Maduro. Por lo que se ve y se oye, la desestabilización ya llegó y comienza la etapa de una lucha sin cuartel de Maduro, por mantenerse en el cargo, contra Guaidó, que quiere el poder que la presión política y militar de EEUU se lo está arrebatando a Maduro.

Maduro, admitámoslo, pierde legitimidad por responsabilidad propia, pero, sobre todo, por la brutal arremetida mediática, política y “humanitaria” de EEUU en marco de bloqueo económico y financiero sin precedentes contra un país.

Guaidó, a todas luces, para quienes no nos tragamos el cuento de EEUU y sus medios, resulta un usurpador, ni siquiera con fuerzas propias, sino con las que le proporciona la política injerencista de EEUU. ¿Creen que Guaidó se sostendría sin el apoyo de Trump? Imposible.

Siendo eso verdad, no es menos que la estrategia injerencista y de todos aquellos países que han apoyado a Guaidó está dando resultados, sobre todo en el campo de la crispación unos venezolanos contra otros venezolanos. Eses es el máximo objetivo de EEUU, hacer que una parte de la población de Venezuela se confronte con la otra parte. No es el caso saber ahora quién “tiene màs o menos gente”. Lo único cierto es que se configura escenarios de confrontación de masas que le dará la justificación plena a EEUU de asumir su rol de gendarme internacional: “voy a salvar a Venezuela de la crisis con mis marines”.

Mañana 23 de enero será un día en que se concretará la amenaza de EEUU. Convoquemos la más amplia reacción de rechazo a esta criminal estrategia USA y dejemos que los venezolanos resuelvan sus problemas, sin intervencionismos genocidas como las que promueven las potencias imperialistas. Queremos a la ONU y la CICR, actual de inmediato!

Lima, 22 de febrero de 2019